viernes, 18 de marzo de 2011

Mi Testimonio de Fe en la Ortodoxia.

Mi conversión a la Ortodoxia.

Conocí la Ortodoxia junto a mi esposa Karuz en 1996 en la ciudad de Sofía, Bulgaria, en el tiempo en el que realizaba la Maestría de Canto en la Academia Estatal”Pancho Vladiguerov”.El pueblo búlgaro vivía un renacer de su ortodoxia mientras caían los últimos símbolos de arena del sistema socialista y se debatía el Santo Sínodo Búlgaro entre dos Patriarcas. Este primer acercamiento lo viví a través de las voces que han llevado el canto litúrgico ortodoxo a su “apoteosis”: Boris Christov y Nicola Giuselev, con este último tuve el privilegio de estudiar y conocerle personalmente, y el contemplar la majestuosidad de la Catedral Alexander Nevsky junto al colorido de sus frescos y la solemnidad musical del Coro con los himnos y salmos de compositores rusos y búlgaros. Sin embargo, nuestra conversión a la ortodoxia tendría lugar a escasas dos cuadras de la Catedral en el seno de un pequeño, histórico y hermoso templo bizantino.

Ese bello templo se caracterizaba por la familiaridad de su comunidad y su nombre el de la Patrona de la ciudad, la mártir Santa Sofía,”Sveta Sofia”,allí nos tendió su mano un clérigo casado, el Padre Hristo, quien con sencillez y calido afecto nos crismó y nos otorgó la bendición en el Santo matrimonio. Después vendría el recibimiento de nuestros hijos ante la pila bautismal en presencia de una afectuosa fraternidad entre religiosos, padrinos y las”babichkas” quienes con gran cariño recibían la visita de nuestros pequeños (Igor e Iván).Mientras estudiaba el canto operístico ruso y su profunda espiritualidad, llegaron a mis manos unas partituras de un compañero que cantaba en el Coro de la Iglesia de “Sedmochislenitzi”(Siete Santos) se trataba de un Gospodi Pomilui (Kirie Eleison) de anónimo búlgaro y el Tropario “Salva Señor a tu pueblo” en arreglo coral del compositor búlgaro Dobri Hristov. A partir de ese momento se iniciaba un gran cambio en mi vida.

Tras nuestro regreso a Venezuela sufrimos con inmenso dolor la ausencia de una Iglesia ortodoxa búlgara donde seguir creciendo en la fé y empezó nuestro peregrinar por diversas iglesias nacionales donde sus clérigos fueron muy receptivos pero sus fieles nos tenían a modo de una suerte de extranjeros búlgaros-venezolanos. Esta situación de nacionalidades y realidad multiétnica y cultural nos hizo soñar en una ortodoxia con profundas raíces latinoamericanas. En enero de 2006 vi luz al inicio de mi Ministerio y vocación de servicio al recibir las ordenes de lector y subdiácono y la bendición de ser portador de Skufe, aun siendo subdiácono, como merito a mi vocación y servicio de Cantor. En febrero de 2008 sería ordenado en el Sagrado Orden del Diaconado por Vladyka Chrysostomos, Arzobispo para aquel entonces. Finalmente un sueño hecho realidad y que va rumbo a sus cuatro años: la Misión San Nicolás de Mira bajo el Omophorion de Vladyka Chrysostomos en una visión de Iglesia ortodoxa latinoamericana consolidado en una Metrópolis Ortodoxa Autónoma con sede en Ecuador para latinoamerica y dentro del Santo Sínodo Metropolitano(GOX) del Calendario Patristico-Iglesia Ortodoxa Griega.

Padre Elías (Fernando Rivas)

Misión San Nicolás de Mira. Venezuela

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